miércoles, 30 de mayo de 2007

Cantando bajo la lluvia


¿Te acuerdas aquella tarde que llovía tanto y nos pusimos a cantar por Ismael Serrano en medio de un paso de peatones? Eran las 5 de la tarde. Todos querían volver a casa en coche, todos nos miraban aunque a nosotros nos daba igual todo. El mundo era nuestro.

¿Te acuerdas del paseo bajo la lluvia hasta calle Elvira mientras yo silbaba una canción de los Beatles y a ti te daba rabia? (sí, lo sé, nunca te gustaron los Beatles). Me viene a la cabeza el olor a mojado de las estrechas calles del Albayzin; parece que esté ocurriendo en este momento.


Y entre angostos callejones subimos hasta el mirador de San Nicolás. Llovía a mares y aun así, no nos detuvimos. La ciudad es tan bonita bajo la lluvia...


Ante nosotros, la Alhambra. A nuestra espalda se escuchaban turistas que hablaban entre ellos en alguna lengua que desconozco. Nada ni nadie fue capaz de romper la magia del momento y cantamos. Cantamos al viento sentados en el muro, con los pies colgando mientras el Sol se escondía. La ciudad al fondo, bajo nuestros pies los tejados y todas esas calles que han visto tanto. Y podíamos cambiar el mundo, empezar revoluciones, cambiar el mundo.
Fotos: vistas desde el mirador de San Nicolás una tarde cualquiera
Guión: Vidas Cruzadas S.A
Tenía que escribirlo, espero que no te moleste. Un abrazo

3 comentarios:

Vitote 30 de mayo de 2007, 22:44  

Salamanca cuando llueve se apaga, el color oro de la piedra de Villamayor se vuelve gris y en el suelo hacen gorgoritos las gotas que caen. Desde mi ventana veo mi barrio que ya no se parece al barrio en el que crecí. Es lo que no me gusta de la lluvia, que obliga a recordar, pero a veces es tan dulce recordar. Últimamente no, pero a veces lo es.
Me ha gustado, hace mucho que no toco ninguna de Ismael, mañana desempolvaré mis tablaturas. A cuidarse. Quizá no seamos héroes pero aún seguimos vivos...

Mj 31 de mayo de 2007, 0:00  

Jo! Qué envidia. Aquí ha dejado ya de llover y no sé dónde se han escondido las canciones. Será cuestión de echarle imaginación.
De lo mejor que te he leido :)

Anónimo 31 de mayo de 2007, 1:20  

...y con el vértigo, superando la cuesta de enero, sin respirar la sal de la arena que llena nuestras venas de pena , atamos bandadas de gorriones a nuestras muñecas, y huimos lejos de aquí, a otro planeta...

Creo recordar que hasta hubo fuegos artificiales, pero ya no sé si alguien fingía el ruido o eran explosiones de la gasolinera que se ve desde tu ventana.
Gracias.

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