A los que aman

"Perdona, ¿tienes hora? Es que se me ha parado el tiempo al verte"

Atormentado, sí, por los ojos y los labios de esta señora. Enamoraito me tiene. Que uno guarda un corazoncito en lo más profundo (de verdad, lo prometo, que tengo uno de esos) y tras verla en Malena no puedo sino ratificarme en que quiero una así para las próximas Navidades. En esa película hay una escena brutalmente buena en la que el pueblo la apaléa, le escupe y le corta el pelo. Ese dramatismo en esos minutos que dura la escena me provocó una gran angustia, en serio, que hay cosas por las que no debería pasar nadie. Me quito el sombrero por esta señora que hace cosas increibles, pequeñitas pero increibles. Pero esos ojos... (la nariz también). Y esa cinta, pese estar aparentemente hecha para lucimiento de la bellisima Bellucci y para contarnos el despertar sexual de un joven con el marco de la II Guerra Mundial de fondo, se mencionan todos los topicos que pueden tener los italianos. Yo, huyendo siempre de dichos tópicos y mientras no se demuestre lo contrario, quiero pensar que no es así. A ver, por ejemplo, yo soy andaluz de siempre y no me identifico para nada con el flamenco y las castañuelas ni estoy todo el día contando chistes y vagueando. La vida no es como dicen en la tele, que no, que es otra cosa distinta. Supongo, probablemente cambiaré de opinion veinte veces a lo largo y ancho de este año, que los italianos tienen una caracter como el de los españoles, no? (Que a mi me han confundido con un italiano en Lloret de Mar y en el aeropuerto de Berlín...)Y ahora pregunta del millón: cual es el carácter de los españoles? Desde fuera tenemos tantos tópicos que asusta. Alegría, fiesta, cachondeo, toros, vestidos de lunares y flamenco en cada esquina. Que no. No se puede caer en el desconocimiento y el prejuicio tan a la ligera, porque no es justo, porque sin quererlo nos convertimos en los de la peli que terminan apedreando a la pobre Mónica por prejuzgar y por hacer caso a rumores sin tener en cuenta que tenemos delante a seres que piensan, aman, odian y respiran como cualquier hijo de vecino. Y si los italianos son tan peculiares como dicen hablaré de ello cuando tenga conocimiento de causa, porque no me parece justo hablar por hablar. Por lo pronto, un punto a favor de ellos es que hayan sido capaces de ir a una huelga nacional dejando al país sin pasta (de la de comer) por un día entero para luchar contra la brutal subida de precios.

Y bueno, Mónica, que ya quedamos en Italia y tal para echarnos unas cañas, no?