sábado, 26 de enero de 2008

Capítulo I: el miedo, que me come y me quema

...Pero no prevalecieron ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. Apocalipsis 12:8




¡Quiero salir! ¡Quiero salir!- Repito una y mil veces golpeando las paredes de esta habitación.- ¿Hay alguien ahí? Por favor, ¡que alguien me ayude a salir! ¿Hay alguien? ¿Por qué coño estoy encerrado aquí? Quiero salir, por favor, quiero salir.- Paro de gritar en el momento en que el llanto se me ancla en la garganta como a un niño pequeño cuando se ha caido mientras jugaba y ahora le duele hasta el alma. Mis nudillos sangran, pero el dolor no lo noto. Creo que estoy soñando o me he vuelto loco. Espero que sea una pesadilla, una puta pesadilla. Me dejo resbalar por la pared hasta tocar el suelo. Está frio. ¡Quiero salir! Repito ya casi sin voz.





-Perdone, ¿sé encuentra bien? ¿Puedo hacer algo por usted? Tiene mala cara.- Me dijo la muchacha de pelo negro ondulado sentada a mi lado en la fila 15 de un vuelo con destino a Berlín.

Yo sudo y tiemblo. Respiro hondo. Pienso y contengo mis gritos.

-Me encuentro peor que nunca. No puedes hacer nada por mi, no tengo solución.- dije yo poniendo media sonrisa forzada, rogando que no siga hablandome.

-No sea tan negativo, que en esta vida todo tiene solución menos la muerte.

Ilusa. Me lamento de ella y luego de mi, pero más de ella.
-Mira, me gustaría hablarte de los sueños que yo tenía con tu edad, de las ganas de viajar, de comerme el mundo, de volar tan alto como se pudiese…, pero no me apetece, ya no tengo solución. Es más, dentro de un rato ninguno de los aquí presentes tendréis solución. Lo siento.

-Me está asustando.

¿Te he Asustando? Perdona, no era mi intención.

Se hizo el silencio mientras atravesábamos nubes. Era una calma relativa, que se rompió. El hombre de detrás mía exige a la azafata un gyn-tonic más cargado. Un niño llora. Hay un par de personas roncando y yo, bueno, a mi ya me da un poco igual todo.

-Te has levantado algún día con ganas de destrozar vidas ajenas? Yo solo hoy. Dentro de un rato empezaré a hundir un cuchillo en tu vientre, una vez y otra y otra, hasta que tu sangre ya no forme parte de ti sino del suelo de este estúpido avión pintado de azul.

Señor, por favor, callese que me está dando miedo. No tiene gracia.




Miedo, miedo, miedo. El miedo es eso que se te agarra a las entrañas impidiéndote pensar y respirar. El miedo a oscuras es dos veces miedo. Yo no sabía lo que era el miedo





(continuará...o eso espero)

1 comentarios:

Anónimo 28 de enero de 2008, 20:25  

Miedo... tu lo has dicho.

:/

Si no continuas lo tomamos como una mala noticia de tu sangra manchando la moqueta del avión, no?

:S









xxxooo

About This Blog

About This Blog

  © Blogger templates Brooklyn by Ourblogtemplates.com 2008

Back to TOP