Un choque frontal camino de cualquier lugar
Me encuentro enfrascado en un conjunto de días dificiles de sostener en pie. Rutinas tales como levantarme temprano para estudiar Endocrino (uoooo) comer en la facultad para luego seguir estudiando. Una fiesta, oye. Ya no más clases nunca jamás, nunca más prácticas. Y me lo estoy tomando como otra época de examenes más. O eso intento. Porque siempre, cada día, aparece el listo de turno que suelta alguna frase lapidaria que me hace ver que dentro de un mes habrá pasado todo y comenzará todo. Sentado en la misma silla pero distinta mesa y, basicamente, estudiando. Pero aqui uno es estupidamente feliz, aunque me duela la barriga y malgaste mi tiempo buscando compulsivamente música por internet. Ahora si, me duele la barriga porque estoy de helado de chocolate y vainilla hasta las cejas. Y es que la raza humana es muy simple. Así que yo, que venía de la sala de estudio de mi facultad que cierra a las 9 menos cuarto, llego a casa convencido de que, hoy si, cenaré saludable (algo verde, sin grasa y tal). Pero el diablo se ha transformado en mis compañeros de piso y al final hemos decidido bajar a la heladeria de la esquina. Bueno, he bajado yo que era el unico que iba vestido decentemente (cuando uno estudia en casa suele ir vestido raro, pero no es el momento de comentarlo) y tras discutir con la heladera sobre los sandwiches de helado que ya no están de moda y sobre el tamaño de la tarrina que me he visto abocado a pedir he vuelto a casa. 3 minutos habré tardado. Iba yo solo en el ascensor (no he tenido que hablar del tiempo con mis vecinas que no dan ni los buenos días o con las mujeres que van a la consulta del Ginecologo en el 2º) y me he parado a pensar que tanto en las peliculas como en la vida real la gente se quita las penas comiendo helado compulsivamente delante de la tele. Segun el nivel de pena que se tenga por dentro se puede incluso hasta llorar y comer helado con rabia mirando la tele, pero yo no he llegado a ese nivel nunca. Sí he llorado dentro de un ascensor, pero eso tampoco viene a cuento contarlo ahora (cosas que se hacen en ascensores, ejem). Y en medio de ese pensamiento, se me ha cruzado la idea de que en realidad en España no lloramos las penas como en América. Que lo del helado puede ser producto de ver tanta pelicula Made In USA, pero que en el fondo, no tenemos nada que ver. El ejemplo que me he puesto a mi mismo: en USA cuando ella deja a él, él se compra una botella de vino o/y whisky (si es whisky irá envuelta en una bolsa de papel marron) y se la bebe solito en casa. Y nosotros... nosotros no. Nos iríamos de fiesta con los colegas a beber igual cantidad o más que el sujeto americano al cual la novia ha dejado. De bar en bar hasta que: a) el sujeto vomita y los amigos lo llevan a su casa y lo acuestan, b) el sujeto termina borracho como una cuba llorando y contandole las penas a uno elegido al azar entre sus amigos o c) tras alarde de felicidad fruto del alcohol, el sujeto confiesa a sus amigos lo mucho que les quieres y tras contar alguna intimidad de ella alegando que no era tan buena en la cama se decide que es el momento de volver a casa y cierra oficialmente la etapa con la chica en cuestion a efectos prácticos. Como veréis, es muy complejo esto de analizar los comportamientos de la Sociedad segun el cine. Pero vamos, que yo defiendo el cine español con uñas y dientes. Aunque casualmente cuando me he visto en la situcion del pobre hombre al que ella le ha dejado, he solido actuar como los americanos (como por ejemplo el tragico episodio de terminar llorando solo en un ascensor que subia al sexto piso) con lo cual acabo de asesinar mi teoría casi antes de que viese la luz. De todos modos, no la veo mal del todo... el problema soy yo, sí, que soy muy de llevar(me) la contraria. Así que la generosa cantidad de helado que teniamos para tres osos han conllevado un dolor de barriga de tres pares de narices. Pero feliz, oye, porque comer helado sin parar de reir arreglando el mundo pese a nuestros problemas economicos y estados de stress preGraduacion, preExamenes y PreTodo-en-general no tiene precio. Ya no huiré mas hasta exactamente 30 días que tengo libertad condicional por una semana. No más días kamikazes en los que terminas en Madrid feliz de la vida. Ya no, in spite of me.
Si no aparezco mucho por aqui ruego me perdonen. Son malos tiempos para casi todo y tengo el verbo cansado y el poco tiempo aprovechable para contar que sigo vivo y respiro no sé en que lo gasto, la verdad. El caso, que el helado es dulce y sube la serotonina, asi que os dejo que toméis todo el que os apetezca cuando no tengais ganas de bajar al bar con los colegas. Todo irá bien. Un abrazo.
6 comentarios:
Que grande Sebas... :)
Mi consejo profesional es que no estudies tanto. El personal, que sigas escribiando posts como este.
Me quito el sombrero ( si lo tuviera, claro )
Uno de tus mejores posts sin duda.
Últimamente no me apetece helado pero echo de menos una de esas borracheras que nombras en tu post, pero con la legal ahí apuntándome con sus artículos y sus juzgados de instrucción se hace duro escaparse. Hay que toñarse un día de estos, cuando todo haya pasado y miremos el borde del precipicio no temerosos, desafiantes.
Lástima que Antonio no pueda cantarnos más ... es como si hubiese fallecido alguien cercano, pásame el helado.
A cuidarse
Gran post, y gran análisis de las penas.
Ánimo con lo que toca, y me uno a Mj. No estudies demasiado. Pero sigue haciendo post como este
:*
genial, tío, ni se te ocurra hacer paréntesis ahora, q el revuelo de exámenes y cambios hace q escribas genial...
Las penas las paso a la americana... aunq al día siguiente, inevitablemente, hago alguna locura, q hoy recuerdo en forma de sofá expansible y tele plana... venganza en forma de compra compulsiva, q se llama.
Yo me pido helado de turrón
hacia tela de tiempo que no me pasaba y te estoy leyendo de abajo a arriba. me gusta leerte positivo, claro q si, brindemos por la serotonina!
el mio? chocolate belga.
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