Entre Savonarola y Berlusconi

Esta ciudad cada día me sorprende más.

Lo último es el Museo San Marco, justo al lado de la iglesia san sumamente andamiada por dentro con el mismo nombre. Dos claustros con sus paredes pintadas a base de frescos, una sala llena de lienzos bizantinos y renacentistas, un cenaculo con un gato a los pies de Jesus, unas escaleras de piedra que conducen a una segunda planta de madera donde estan todas las habitaciones de los monjes que alli vivieron, entre ellos Savonarola (al cual los médicos decidieron ahorcarlo y prenderle fuego en piazza de la Signoria donde hay una placa en el lugar exacto que lo recuerda, pero yo lo descubri hace un par de meses atonito despues de haber pasado por ese sitio mil veces). En cada habitacion un fresco. Cada fresco más siniestro, bonito o extraño. Santos representados con sangre en la cara, parrillas en la mano o cualquier otra cosa que se precia. El lugar donde se sentaban a copiar libros, las reliquias de Savonarola, ... una pasada. Creo que es de los sitios más bonitos de esta ciudad y es totalmente recomendable. Esta todo tan cuidado que no parece Italia (vease el Barguello con telarañas y sin proteccion ninguna de las obras de arte expuestas) y me sorprendió gratamente.

Me he hecho una lista de todos los lugares que visitar en esta ciudad (he tachado unos cuantos, pero aun asi me quedan un monton) y pienso ir poco a poco visitando estos días. Porque esto se acaba, porque el año que viene cuando este agobiado lo echaré de menos, porque creo que me merezco aprovechar esta oportunidad, porque sí.

En fin, solo decir que no me gusta el entretiempo, que me pone triste. Y es que prefiero que llueva a que este a medias. Empiezo a pensar que el tiempo en esta ciudad es el perro del hortelano.