domingo, 3 de febrero de 2008

Capítulo 2: Silencios a contratiempo

"El que piensa en la muerte está ya muerto a medias." Heinrich Heine

Doy vueltas por la habitación. Está a oscuras. Dos pasos y medio de ancha por 4 de larga. Me desespero, golpeo la puerta, me siento en el suelo, me tumbo, me levanto y grito esperando una voz que me diga algo. Silencio fuera.

Se oyen pasos o me estoy volviendo loco. No, no, se oyen pasos. De repente un chorro de luz me ciega. Intento mirar a esa luz, pero no puedo. Se intuye una silueta masculina.
¡Sacadme de aquí! Ruego casi llorando. Por favor, yo no me merezco esto.
Se oyen risas y casi sin darme cuenta noto un golpe fuerte en mi boca. -Serás hijo de puta-dice una voz de hombre. Y ahora lloro, grito, pataleo, araño. No puedo contra ellos, son muchos. Me están dando una paliza. Noto algo salado en mi boca. Es sangre. Noto como la sangre recorre mi cara. Me duele todo. Me estoy quedando dormido. Me han drogado, creo.

Tengo frio. Estoy tirado en suelo, desnudo, mojado por mi sangre. Intento levantarme, pero me resbalo y caigo al suelo. No entiendo nada. Me duele cada hueso de mi cuerpo, me duele el alma y me duele la razón. Me arrastro hasta un rincón y lloro amargamente como nunca había llorado. Y llorar para qué, por qué o por quién. Repaso mi vida y mis tropiezos. Busco enemigos entre los surcos de mi cerebro. Retuerzo ideas descabelladas y no encuentro nada. Solo silencio. Y yo. El silencio y yo.


Perdona,¿me dejas salir? Necesito ir al baño

Ella me mira y resopla. Sé que piensa que vaya cruz le ha tocado al tenerme como compañero de fila en este vuelo. Se levanta, se retuerce y me deja salir.

Entro y me miro en el espejo. Sí, soy yo. Intento forzar una sonrisa, pero se me va desdibujando a la vez que dejo salir un par de lágrimas.
Me meto dos dedos en la boca y vomito todo lo que , bueno o malo, hay dentro de mi. Ahora me miro en el espejo y sigo siendo yo pero más pálido. En este momento no soy capaz de esbozar ni media sonrisa. Tiro de la cisterna y se van mis miedos por el desagüe. ¿A dónde iran a parar todos mis temores si los aviones no tienen alcantarillas? Se habrán ido volando. ¿Por qué pienso estas estupideces ahora? Creo que es el momento de volver a mi asiento.

La chica morena se levanta y me deja pasar. Miro por la ventana y no se ve tierra, solo nubes. Suspiro. Últimamente suspiro demasiado. Ella tiene unos auriculares puestos. Le toco en el hombro con mis dedos indicandole que se los quite.

Que coño te pasa ahora?

Nada, era solo para pedirte perdon por lo que te he dicho antes.

¿Un mal día?

Sí, supongo.


Ella se vuelve a poner los cascos. Yo sólo queria hablar con ella. Abro el maletín y saco un libro cualquiera. Tras la segunda pagina sé que no lo seguiré leyendo nunca más. Miro a mi derecha. Ella tiene los ojos cerrados
.




Pero de nuevo se abre la puerta. Me preparo para lo peor. Salen a flote todos aquellos comportamientos infantiles que viven en mi. Pido clemencia pero no me la dan. Otro golpe, y otro que viene desde el lado contrario. De nuevo sangre en mi boca. Me empiezan a insultar. Yo no soy nada de eso que me están diciendo. Es humillante. Me dan ganas de morir en los segundos que tengo para respirar entre golpe y golpe.
De repente entra un hombre vestido de negro en la habitacion. Me da una patada en la boca y me dice: Hola, hijo de puta, ¿que se siente al estar en el lado de la víctima? Pagarás todo el daño que has hecho. Bienvenido al infierno.
Me escupe en la cara. En este momento me da asco hasta el aire que respiro. No entiendo de que va este juego.
(A Gema, por meterme prisa) Un día de estos lo acabo...

5 comentarios:

Anónimo 3 de febrero de 2008, 1:27  

A veces la vida es tan sencilla como decir:GRACIAS.Espero que siga y pronto.Por cierto, el viernes que viene tengo otro examen...jeje.¿Habrá recompensa cuando abra mi ordenador? Eso, sólo está en tus manos y tu cabeza W.

Marga. 3 de febrero de 2008, 12:50  

eso va mejorando y como...!!!oye, mucho animo con neuro. En granada con bermu era peor. Bueno, lo que quería comentarte es que me agrada que te guste niños mutantes. Dani era mi vecino de al lado y lo conozco desde que era chiquitito, es bien majo!!y si conocieses a su madre¡¡es encantadora!!, un besito.

W. 3 de febrero de 2008, 14:31  

Srta. LA LUNA: mis manos y mi cabeza están pensando en la neuro, weno, mis manos no piensan. El caso es que el final está pensado...será cuestion de encontrar el momento de sentarme a escribir. De nada tambies es facil de decir (figurati)

Marga.: bermu deberia irse de erasmus o algo, si si si, que horror. Aun recuerdo su examen de hemato (aqui es Emato). Sobre niños mutantes...el primer concierto al que fui sin mis padres fue en Granada para ver: Sexy Sadie, Niños mutantes y Ocean Colour Scene en el Primaverarock o algo asi se llamaba. Que tiempos aquellos cuando me daba igual que en la encefalitis espongiforme se destruyan neuronas.

Mj 4 de febrero de 2008, 18:13  

No hay mayor miedo que el de la incertidumbre, es lo primero que he pensado al terminar de leerlo.

Gran relato :)

Anónimo 6 de febrero de 2008, 0:23  

Me encanta. Yo tb quiero mas! :D Acabo de ver el primer capitulo de la cuarta temporada de perdidos (si, lo se, deberia estar estudiando) y, no se, me ha dado aún mas aprensión tu texto. Deberías ver V de Vendetta. Por lo del poder del miedo y tal. Ya me contarás. Ah! siempre q voy al baño en un avion pienso ese tipo de tonterias jajajaja. Un beso, loco.

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