lunes, 29 de octubre de 2007

¿Cuántas veces te he buscado?



El fin de semana rozó la perfección. Si sumo la gran cantidad de pequeñas cosas que me han ocurrido en estos días obtengo un resultado que tiende a infinito.


Viaje a Lucca, en tren como viene siendo habitual desde que estoy en Italia. De nuevo paisajes de la Tosacana por la ventanilla. Viñedos que se tiñen de rojo por el otoño, laderas llenas de frondosos árboles, pueblecitos que miran desde lo alto. Lucca es un lugar increible. Desde el momento en que sales del tren parece que se ha parado el tiempo, no hay ruidos desagradables como en la gran ciudad, se respira un aire tranquilo y sin agobios mientras a lo lejos caen las hojas amarillas de los árboles caducos. Ciudad amurallada como todas las toscanas. Un parque enorme rodea la ciudad aprovechando dicha muralla. Calles estrechas, tejados rojos (completamente distinta a Siena), rincones para perderte o para desear que terminen tus días cuando la vejez diga que se terminó lo que se daba. Subimos a una torre con árboles en la parte superior desde donde se podía divisar toda la ciudad (subir a la torre cuesta 3 euros pero merece la pena sobradamente, aunque suene fatal eso de pagar para subir 273 peldaños). Tras recorrer calles, sortear iglesias y comer helado nos dedicamos a recorrer la muralla. Es uno de los atardeceres mas bonitos que recuerdo. Poco más que decir. Una imagen vale mas que mil palabras...


Luego vendría un regalo en forma de palabras escritas sobre un fondo rojo desde tierras granadinas. Aun no tengo palabras para expresar lo que siento o para agradecerlo; grazie mille!

Y hoy, despues de una mañana en la que parecía que me sobraban las horas (bendito cambio horario) he ordenado, puesto lavadora, cocinado, tendido la ropa,... hasta por la tarde ya que a las 7 habiamos quedado un pequeño grupo que se ha hecho finalmente enorme para tomar el aperitivo (aqui no hay bares de tapas...) en el Zoe. Es el mejor (Marga, tenias razón) ya que por 5 euros puedes comer y comer hasta que ya no te entre ni un microgramo más de pasta, cuscus, pizza o rissoto de verduras. Me he propuesto ir descubriendo todos los lugares de esta ciudad ya que esconde cosas increibles. Lo dicho, para comer bien al Zoe que está en el oltrarno (al otro lado del rio respecto a la margen donde está el duomo y demás).

Un abrazo

3 comentarios:

Anónimo 29 de octubre de 2007, 12:50  

Míralos están ahí
llueva o nieve en diciembre o en abril
los tejados son así
la ciudad está debajo...
tendria que tener un poco mas de voluntad
espiar desde el tejado ya no es cosa de mi edad
deberia de tener mas voluntad

Marga. 29 de octubre de 2007, 20:06  

ya nunca me conecto...mi vida se ha hecho muy muy ràpida, pero me acuerdo de ti. Por cierto, está rotando conmigo Marisol , que chica mas maja!!! ya te contaré cositas.

Isa 31 de octubre de 2007, 13:00  

Hola W!!
Me alegro de que estes disfrutando tu estancia!!

Yo estuve presente en la formación de ese regalo!! Jeje. También quería escribirte... pero... no tenía mis obras de arte a mano para mandártelas... Jeje.

Un besito!!!

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